Hoy es un día especial para mi pequeño príncipe y para mí también, hace tres años nació en contra de la voluntad de muchos pero llego al mismo tiempo para alegría de muchos más.
Nunca he dedicado mucho a hablar de el, lo reconozco pero he preferido que las cosas sean así, es demasiado pronto exponerlo a este mundo voraz y vil que es internet, su tiempo sin dudas llegará.
Jamás quería haber tenido un hijo en este país, lo reconozco, en medio de tantas necesidades y problema que van y vienen como vientos de tormentas, pero ahí está, tener un hijo era algo que me aterraba pero del mismo modo quería experimentar lo que era ser padre.
En todo este tiempo me he esforzado como quizás muchos no lo hayan hecho, y valga que si lo he hecho, muchos saben eso, pero sobre todo pensando siempre en una premisa que he tenido siempre presente, no quiero por ningún motivo que mi hijo tenga el mal recuerdo que yo tengo de mi padre, pues mi padre nunca fue lo que hubiera querido tener como tal.
En ocasiones he llegado cansado de trabajar y sin coger un diez, como decimos los cubanos he tenido que ponerme a jugar con mi hijo al fútbol o a la pelota, pues un niño no entiende de cansancio y en ese momento solo pienso en la felicidad de el, en esa carita alegre y en ese momento en el que sin pedírselo viene corriendo hacia uno y te abraza y te da un beso en la mejilla, ese es el verdadero amor de un hijo y yo lo amo, mi hijo es lo más importante que tengo, es hoy lo que me impulsa a seguir adelante en medio de situaciones difíciles. Hoy experimento ese sentimiento, hoy comprendo mejor a mi madre, quien siempre ha sido madre y padre para mí. También he aprendido otra cosa más, da todo por tu hijo(s) y nunca esperes nada a cambio, pues ese es el vínculo más profundo que tendrás hasta tu último respiro.
Nunca he dedicado mucho a hablar de el, lo reconozco pero he preferido que las cosas sean así, es demasiado pronto exponerlo a este mundo voraz y vil que es internet, su tiempo sin dudas llegará.
Jamás quería haber tenido un hijo en este país, lo reconozco, en medio de tantas necesidades y problema que van y vienen como vientos de tormentas, pero ahí está, tener un hijo era algo que me aterraba pero del mismo modo quería experimentar lo que era ser padre.
En todo este tiempo me he esforzado como quizás muchos no lo hayan hecho, y valga que si lo he hecho, muchos saben eso, pero sobre todo pensando siempre en una premisa que he tenido siempre presente, no quiero por ningún motivo que mi hijo tenga el mal recuerdo que yo tengo de mi padre, pues mi padre nunca fue lo que hubiera querido tener como tal.
En ocasiones he llegado cansado de trabajar y sin coger un diez, como decimos los cubanos he tenido que ponerme a jugar con mi hijo al fútbol o a la pelota, pues un niño no entiende de cansancio y en ese momento solo pienso en la felicidad de el, en esa carita alegre y en ese momento en el que sin pedírselo viene corriendo hacia uno y te abraza y te da un beso en la mejilla, ese es el verdadero amor de un hijo y yo lo amo, mi hijo es lo más importante que tengo, es hoy lo que me impulsa a seguir adelante en medio de situaciones difíciles. Hoy experimento ese sentimiento, hoy comprendo mejor a mi madre, quien siempre ha sido madre y padre para mí. También he aprendido otra cosa más, da todo por tu hijo(s) y nunca esperes nada a cambio, pues ese es el vínculo más profundo que tendrás hasta tu último respiro.
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