20 de julio de 2012

Beijing 2008: la grandiosidad de lo fastuoso

Los juegos olímpicos del 2008 en su conjunto fueron proclamados usando todos los grandes adjetivos posibles, no pudo ser de otra forma en la que la República Popular China dijo estoy presente, soy una potencia y vamos por lo grande.

Ya los chinos habían intentado con anterioridad obtener unos juegos olímpicos pero tras unos escándalos de sobornos por los juegos del 2000, estos tuvieron que esperar hasta el 2008. La sede de los juegos en China se vio marcada desde sus comienzos de varios escándalos políticos y medioambientales, varios organismos internacionales criticaron los altos niveles de contaminación en el aire de Beijing y el recorrido internacional de la antorcha se vio muy afectado en numerosas ciudades del mundo debido a protestas de corte políticas.

Aún así a pesar de todos estas piedras en el camino, los chinos no perdieron tiempo y dejaron boquiabiertos a medio planeta, cuanto todas las sedes de las competencias estuvieron terminadas varios meses con antelación algunas incluso con 1 año, la propia ciudad de Beijing sufrió una transformación total, se inauguró un nuevo y enorme aeropuerto, así como el impresionante rascacielos de la Televisión China (CCTV), entre otras numerosas obras que tuvieron como finalidad ofrecer un legado a la ciudad sede principal.

El 8 de agosto a las 8:08 de la noche, siguiendo la idiosincrasia china en la que el 8 es el número de la suerte dio comienzo la que luego sería catalogada por casi la totalidad de los medios de prensa en el planeta, como impresionante, glamorosa y extraordinaria ceremonia inaugural.

Civilización y armonía, fue el nombre genérico de la exquisita apertura donde historia, ritos y belleza se dieron la mano para pasearnos por una de las más ricas culturas del mundo: la china. El espectáculo dio inicio con un gigante y sincronizado conteo regresivo formado por 2008 voluntarios, los cuales tocaban al unísono el fou, instrumento de percusión tradicional chino de 3.000 años de antigüedad con el uso más moderno de pantallas led.

Luego a continuación a través de un recorrido de la televisión en vivo desde helicópteros se mostraron imágenes del centro de Beijing, en los cuales se podían observar gigantes huellas de pisadas humanas en forma de fuegos artificiales que se iban acercando al estadio representando al  Confusio de la filosofía china. Posteriormente se hizo presente en el estadio un pequeño acto con los aros olímpicos como principales interpretes, que se fueron levantando del suelo y sorprendieron a todos por su intenso brillo de color blanco y su delgado grosor.

Siguiendo la línea se hizo presente otra escena esta vez inició con la apertura de un gigante pergamino lumínico que se fue desenrollando para dar paso a una gigante pantalla LED en el centro del estadio, luego una coreografía diseñada para el ballet, en la que los bailarines danzaron sobre un gigante lienzo y pintaban en el un paisaje chino de montañas, una vez terminada la pintura el lienzo se elevo y dio paso a la representación de las anacletas de Confucio a través de una gigante coreografía bien sincronizada en la que en el centro del estadio se mostró un gigante cuadrado que formaba diferentes ideogramas chinos.

Luego llego el momento de la representación de la famosa opera china, así como del camino de la seda, para luego dar paso a los 7 viajes de Zhen He el marino chino más famoso de la época imperial con una impresionante coreografía.

Finalmente llegó el momento de presentar la China moderna, esa que intenta abrirse al mundo occidental, esta sección inicio con la interpretación de una obra para piano en el centro del estadio por el famoso pianista chino Lang Lang junto a una niña, al compás de decenas de voluntarios que formaron entre otras cosas una gigantesca paloma blanca símbolo de la paz así como el impresionante estadio olímpico "Nido de Pájaro", todos ellos vestidos con trajes lumínicos para dar mayor belleza al show.

Después tocó el turno a las artes marciales el Tai Ji, con otra impresionante y bien sincronizada coreografía de cientos de voluntarios, mientras en la gigante pantalla se mostraban imágenes de paisajes surrealistas chinos, para cerrar esta sección se dio paso al último salto de la ciencia china: la conquista del espacio exterior.

En esta última sección artística aparecieron flotando dos astronautas chinos que se iban acercando al centro del estadio, del cual emergió una gigante esfera representando al planeta tierra, sobre él decenas de bailarines intentando romper las leyes de la gravedad, finalmente del globo emergieron Sarah Brightman y Liu Huan para interpretar la canción oficial de los juegos "You and me" al tiempo que cientos de chicas chinas abrían sus sombrillas sobre el centro del estadio para mostrar en ellas las fotografías de 1000 niños de todo el planeta con una gran sonrisa en sus rostros.

De esta manera terminó la parte artística, vinieron los desfiles de las delegaciones y finalmente el momento más esperado: el encendido del pebetero, el misterio mejor guardado.

A pesar de las numerosas especulaciones se encendió el pebetero y una vez más la magia china asombró al mundo; un hombre volando, el ex gimnasta Li Ning, prendió la antorcha en el estadio. Y digo volando porque durante toda la ceremonia otros hombres y mujeres volaron, en las inmensas áreas que albergaban más de 90 mil espectadores. Los acróbatas del aire estaban, por supuesto, atados, y pendían desde las altas estructuras del Nido, pero lo hacían tan bien que parecían dotados de pies y brazos alados.

De esta manera Beijing logró posicionar al nivel más alto: la exquisitez, la sincronización, la majestuosidad de unos grandes juegos olímpicos, superarlos será muy difícil.

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