Cuando Barcelona asombró al mundo en el año 1992 con su impresionante ceremonia inaugural, yo tenía solo 4 añitos de edad, ni remotamente pudiese recordarme de tal suceso, pero gracias a la Internet donde todo o casi todo se puede encontrar, he podido revivir tales momentos a través de los diferentes servicios de video online.
Nunca he podido ver la ceremonia en su totalidad, pero sí los momentos o secciones más importante de la misma, así que me referiré a mi opinión muy personal al respecto.
Antes de la cita en la siempre bella Barcelona, las ceremonias eran muy diferentes, existían conceptos teatrales de las mismas y todo era muy diferentes a los modernos shows que hoy podemos apreciar, Barcelona cambió el modo de realizar las mismas, fue el antes y el después de las ceremonias y no solamente de las ceremonias sino de los propios juegos como tales.
La ciudad contó su propia historia muy apegada al mar Mediterráneo, presentaba la escena de Hércules en la mitología, donde este separaba los continentes de Europa y África creando el mar Mediterráneo, esta escena sin dudas fue el momento más impresionante de la misma, cuando decenas de bailarines entraron al estadio vestidos de azul simulando el inmenso Mediterráneo, luego entra Hércules en un barco luchando contra algunos monstruos que se inflaban y se desinflaban con máquinas de viento. Quizás este fue el momento que literalmente cambió el modo de realizar las ceremonias.
Atrás quedaban las grandes coreografías teatrales, las pantallas humanas, las representaciones de frases y objetos sincronizados, Barcelona se centró en ella misma, en el pasado de su historia.
Luego vino el momento más recordado de todas las ceremonias en la historia moderna, el encendido del pebetero, quizás muchos no hallan visto alguna ceremonia, pero si que pueden recordar al menos por boca de otra persona "el arquero y la flecha de Barcelona". El encendido fue el gran momento de aquella magnífica ceremonia, atrás quedaba el típico recorrido subiendo escaleras para luego encender el pebetero.
En el momento clímax, llegaba corriendo el atleta portador de la llama hasta el centro del estadio y entonces todos miran asombrados a otro atleta portando un arco y una flecha, esta última encendida por la antorcha y mientras la música elevaba las tensiones de todos los presentes, el atleta dispara la flecha encendida que recorre el cielo en el estadio hasta llega al pebetero.
Una locura total: haber encendido el pebetero con una flecha encendida desde el centro del estadio, según conozco estuvieron practicando más de 2000 veces, cuantos cálculos matemáticos debieron hacer, cuantos elementos en contra: aire, lluvia, luces, fue una locura sin dudas pero esa misma locura convirtió a Barcelona 92 en un momento único.
Tras los juegos, la ciudad impactó a nivel global y sufrió una transformación como nunca antes, pasó a ser de una segunda ciudad a una ciudad global, las ceremonias y los juegos dejaron un importante legado a la capital catalana, que hoy a 20 años de aquel suceso sigue impactando en la memoria de todos.
Nunca he podido ver la ceremonia en su totalidad, pero sí los momentos o secciones más importante de la misma, así que me referiré a mi opinión muy personal al respecto.
Antes de la cita en la siempre bella Barcelona, las ceremonias eran muy diferentes, existían conceptos teatrales de las mismas y todo era muy diferentes a los modernos shows que hoy podemos apreciar, Barcelona cambió el modo de realizar las mismas, fue el antes y el después de las ceremonias y no solamente de las ceremonias sino de los propios juegos como tales.
La ciudad contó su propia historia muy apegada al mar Mediterráneo, presentaba la escena de Hércules en la mitología, donde este separaba los continentes de Europa y África creando el mar Mediterráneo, esta escena sin dudas fue el momento más impresionante de la misma, cuando decenas de bailarines entraron al estadio vestidos de azul simulando el inmenso Mediterráneo, luego entra Hércules en un barco luchando contra algunos monstruos que se inflaban y se desinflaban con máquinas de viento. Quizás este fue el momento que literalmente cambió el modo de realizar las ceremonias.
Atrás quedaban las grandes coreografías teatrales, las pantallas humanas, las representaciones de frases y objetos sincronizados, Barcelona se centró en ella misma, en el pasado de su historia.
Luego vino el momento más recordado de todas las ceremonias en la historia moderna, el encendido del pebetero, quizás muchos no hallan visto alguna ceremonia, pero si que pueden recordar al menos por boca de otra persona "el arquero y la flecha de Barcelona". El encendido fue el gran momento de aquella magnífica ceremonia, atrás quedaba el típico recorrido subiendo escaleras para luego encender el pebetero.
En el momento clímax, llegaba corriendo el atleta portador de la llama hasta el centro del estadio y entonces todos miran asombrados a otro atleta portando un arco y una flecha, esta última encendida por la antorcha y mientras la música elevaba las tensiones de todos los presentes, el atleta dispara la flecha encendida que recorre el cielo en el estadio hasta llega al pebetero.
Una locura total: haber encendido el pebetero con una flecha encendida desde el centro del estadio, según conozco estuvieron practicando más de 2000 veces, cuantos cálculos matemáticos debieron hacer, cuantos elementos en contra: aire, lluvia, luces, fue una locura sin dudas pero esa misma locura convirtió a Barcelona 92 en un momento único.
Tras los juegos, la ciudad impactó a nivel global y sufrió una transformación como nunca antes, pasó a ser de una segunda ciudad a una ciudad global, las ceremonias y los juegos dejaron un importante legado a la capital catalana, que hoy a 20 años de aquel suceso sigue impactando en la memoria de todos.
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