El manto frío del invierno

Ha llegado una nueva estación, y aunque en mi país (Cuba) no tenemos las cuatro estaciones como tal, al menos disfrutamos el frío del invierno que llega desde los Estados Unidos, el invierno llega con ese sutil sentimiento de nostalgia, siempre en esta época nos ponemos algo melancólicos, tristes, nos ponemos a recordar el pasado, quizás por el hecho de que sea el final de un año largo, pero lo cierto es que es muy acogedor y cálido a la vez. Hace muchos días no escribía nada en el blog, he tenido problemas de conectividad, pero siempre encuentro un hueco para colar estas líneas cargadas de sentimentalismo sin importarme que me tachen por eso.

Retomando mi tema inicial, recuerdo hace un par de años atrás, me encontraba en la azotea de un edificio lejos de mi círculo habitual, lejos de las personas de siempre, hacía mucho frío y estaba solo, en aquel lugar, acostado mirando el cielo cargado de sus nubes grises y oscuras, acostado pensando en este momento, en el futuro que hoy me lleva de la mano a ese momento, pensaba, meditaba en lo que pasaría en esta fecha y aquí me veo en este ciclo interminable que siempre vuelve y vuelve como una gran rueda que gira y gira sin parar, la poca luz del día daba paso a las penumbras de la noche y yo seguía acostado allí, de vez en cuando alguna que otra lágrima brotaba, no quería ponerme melancólico pero el momento lo requería y es un recuerdo que siempre el invierno me trae consigo junto a su frío y gris manto melancólico.