Ya había escrito anteriormente sobre la familia de los Kong´s, un videojuego de los años 90 compuesto por una excelente trilogía que fue todo un suceso en su época, en aquel entonces el juego había revolucionado los motores gráficos de las consolas debido a la utilización de la técnica de pre-renderización 3D, fue un amor a primera vista, me enamoré completamente del juego, de su música y de todo lo que aquel concernía.
Cuando jugué la primera parte del juego sentía solo el deseo de avanzar y llegar hasta el final de la historia, pasar todas las pruebas y atravesar la selva hasta el final de los mundos, el segundo vino con un sabor más acentuado por la aventura y el suspenso, la selva, las aguas cristalinas de las playas y los hermosos paisajes tropicales habían quedado atrás, ahora se presentaba un escenario completamente nuevo, donde tenías que escabullirte a través de calabozos cargados de Kremlings acechando alguna presa, bodegas de navíos hundidos, volcanes, ciénagas y bosques encantados, y al final de cada sección o mundo un gran jefe dispuesto a derrotarte, ya en el 1996 llegó un año después como ya era habitual la última y tercera entrega, otra super aventura, retomando los paisajes de la primera pero más orientados a un clima más templado, típico de los bosques canadienses o europeos, la tercera entrega muy cargada de éxtasis, aventura y un montón de minijuegos esperando que la acción diera comienzo.
Recuerdo que cuando gané la primera parte lloré de la emoción y sentí un gran impulso de continuar a la próxima entrega, la segunda me dio grandes dolores de cabeza, fue en uno de los últimos niveles: “Toxic Tower (La torre tóxica)” era un nivel extremadamente difícil, tanto que estuve una semana para poderlo ganar y cuando lo logré avancé hasta el final, pero no todo terminó ahí, pues en esa entrega Nintendo y Rareware nos tenían asegurado una sorpresa, el juego contaba con un final secreto que para poder acceder a él, debías conseguir las 75 monedas que conseguías al ganar todos y cada uno de los Bonus que se encontraban escondidos en todos los niveles algo muy complejo para poder acceder a los niveles del “Mundo Perdido” y así derrotar al villano del juego el Capitán K.Rool, al ganar esta segunda parte solo quedaba una piedra en el camino la tercera entrega, que fui ganando poco a poco, le tercera tenía algunas características que me gustaron mucho, podías decidir en los 5 primeros mundos donde querías ir era un poco más libre, también debías rescatar los pajaros Banana que habían sido secuestrados y escondidos en las Cuevas de Cristal, cuevas estas que tenías que descubrir y descifrar e sonido de los cristales para poder romper el hechizo y liberar los pequeños pajaritos Banana, también debías de ayudar a los Hermanos Osos y entregarles algunos objetos que encontrabas a lo largo del juego, los niveles con unos excelentes gráficos, también se retomó otro final secreto, en esta ocasión tenías que encontrar 85 monedas Bonus, y para entrar al mundo perdido de Krematoa debías de chocar constantemente 4 piedras en un inmenso mar del mapa general para que surgiera de las profundidades del océano el volcán y mundo perdido de Krematoa y así enfrentarte nuevamente al malvado Capitán K.Rool que te esperaba en el submarino Nautilius para enfrentarte ferozmente, el día que gané completamente la tercera, sentí un gran vació, porque sabia que ya no había más nada, fue el mismo sentimiento que percibí cuando ví El Señor de los Anillos, un dolor irresistible, era como una gran perdida.
Luego me dediqué a coleccionar imágenes del juego las llamadas Artworks, y la música utilizada en los niveles, en mi punto de vista uno de los mejores soundtrack de toda la historia, música esta que me costó muchísimo tiempo conseguir, pero que ya está en mis manos y que disfruto de ella constantemente, el juego sigue ahí, siempre que puedo juego algún que otro nivele, han sacado otras versiones del juego para diferentes consolas, podrán ser en 3D, podrán tener los mejores efectos pero como aquellas entregas de, 94, 95 y 1996 no habrá ninguna, porque han sido uno de los mejores juegos de la historia de Nintendo y Rareware las dos compañías que lo produjeron para mi felicidad y la de muchos fans.
Cuando jugué la primera parte del juego sentía solo el deseo de avanzar y llegar hasta el final de la historia, pasar todas las pruebas y atravesar la selva hasta el final de los mundos, el segundo vino con un sabor más acentuado por la aventura y el suspenso, la selva, las aguas cristalinas de las playas y los hermosos paisajes tropicales habían quedado atrás, ahora se presentaba un escenario completamente nuevo, donde tenías que escabullirte a través de calabozos cargados de Kremlings acechando alguna presa, bodegas de navíos hundidos, volcanes, ciénagas y bosques encantados, y al final de cada sección o mundo un gran jefe dispuesto a derrotarte, ya en el 1996 llegó un año después como ya era habitual la última y tercera entrega, otra super aventura, retomando los paisajes de la primera pero más orientados a un clima más templado, típico de los bosques canadienses o europeos, la tercera entrega muy cargada de éxtasis, aventura y un montón de minijuegos esperando que la acción diera comienzo.
Recuerdo que cuando gané la primera parte lloré de la emoción y sentí un gran impulso de continuar a la próxima entrega, la segunda me dio grandes dolores de cabeza, fue en uno de los últimos niveles: “Toxic Tower (La torre tóxica)” era un nivel extremadamente difícil, tanto que estuve una semana para poderlo ganar y cuando lo logré avancé hasta el final, pero no todo terminó ahí, pues en esa entrega Nintendo y Rareware nos tenían asegurado una sorpresa, el juego contaba con un final secreto que para poder acceder a él, debías conseguir las 75 monedas que conseguías al ganar todos y cada uno de los Bonus que se encontraban escondidos en todos los niveles algo muy complejo para poder acceder a los niveles del “Mundo Perdido” y así derrotar al villano del juego el Capitán K.Rool, al ganar esta segunda parte solo quedaba una piedra en el camino la tercera entrega, que fui ganando poco a poco, le tercera tenía algunas características que me gustaron mucho, podías decidir en los 5 primeros mundos donde querías ir era un poco más libre, también debías rescatar los pajaros Banana que habían sido secuestrados y escondidos en las Cuevas de Cristal, cuevas estas que tenías que descubrir y descifrar e sonido de los cristales para poder romper el hechizo y liberar los pequeños pajaritos Banana, también debías de ayudar a los Hermanos Osos y entregarles algunos objetos que encontrabas a lo largo del juego, los niveles con unos excelentes gráficos, también se retomó otro final secreto, en esta ocasión tenías que encontrar 85 monedas Bonus, y para entrar al mundo perdido de Krematoa debías de chocar constantemente 4 piedras en un inmenso mar del mapa general para que surgiera de las profundidades del océano el volcán y mundo perdido de Krematoa y así enfrentarte nuevamente al malvado Capitán K.Rool que te esperaba en el submarino Nautilius para enfrentarte ferozmente, el día que gané completamente la tercera, sentí un gran vació, porque sabia que ya no había más nada, fue el mismo sentimiento que percibí cuando ví El Señor de los Anillos, un dolor irresistible, era como una gran perdida.
Luego me dediqué a coleccionar imágenes del juego las llamadas Artworks, y la música utilizada en los niveles, en mi punto de vista uno de los mejores soundtrack de toda la historia, música esta que me costó muchísimo tiempo conseguir, pero que ya está en mis manos y que disfruto de ella constantemente, el juego sigue ahí, siempre que puedo juego algún que otro nivele, han sacado otras versiones del juego para diferentes consolas, podrán ser en 3D, podrán tener los mejores efectos pero como aquellas entregas de, 94, 95 y 1996 no habrá ninguna, porque han sido uno de los mejores juegos de la historia de Nintendo y Rareware las dos compañías que lo produjeron para mi felicidad y la de muchos fans.
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