Hoy quiero dedicar este artículo a mi barrio, esa pequeña y verdadera patria que todos llevamos dentro, hablo de mi verdadero barrio, el que me vio crecer y desarrollarme en mi ciudad natal, como bien dice el título es no es el mismo, fisionómicamente no ha cambiado en nada en tantos años, pero ya no se parece en absoluto al barrio que conocí de niño, hay muchas personas que físicamente no están entre nosotros, algunas cuyos “adioses” fueron y siguen siendo muy dolorosos y otros que no están pues emigraron a los Estados Unidos.
Antes de niño, había muchas dificultades económicas muchas más que ahora en el presente, había apagones, pero éramos más humildes y felices que ahora, esas malditas y/o benditas remesas y “misiones internacionalistas” vinieron a cagarlo todo, ahora hay gente en el barrio que se “creen cosa”, gente que antes no tenían nada y ahora porque han mejorado un poquito económicamente se han distanciado del resto. Ya nadie va a casa de nadie a tomarse ese traguito de café y chismear como antaño, no hay niños que jueguen y correteen como solíamos hacerlo nosotros, mi barrio se ha vuelto frívolo, con casas viejas y vacías, tanto física como espiritualmente, quisiera pensar por un momento que es solo un sueño, pero más que un sueño, es la triste realidad de mi barrio que ha cambiado, pero sigue siendo en cierto modo el mismo.
Antes de niño, había muchas dificultades económicas muchas más que ahora en el presente, había apagones, pero éramos más humildes y felices que ahora, esas malditas y/o benditas remesas y “misiones internacionalistas” vinieron a cagarlo todo, ahora hay gente en el barrio que se “creen cosa”, gente que antes no tenían nada y ahora porque han mejorado un poquito económicamente se han distanciado del resto. Ya nadie va a casa de nadie a tomarse ese traguito de café y chismear como antaño, no hay niños que jueguen y correteen como solíamos hacerlo nosotros, mi barrio se ha vuelto frívolo, con casas viejas y vacías, tanto física como espiritualmente, quisiera pensar por un momento que es solo un sueño, pero más que un sueño, es la triste realidad de mi barrio que ha cambiado, pero sigue siendo en cierto modo el mismo.
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