Hace mucho que quería escribir sobre este tema, digamos que lo tenía guardado en la gaveta, algo que a nosotros los cubanos nos ha tocado muy de cerca hablo de la migración.
Aquí en cualquier barrio, en cualquier cuadra, en cualquier familia tenemos un emigrado, la mayoría de ellos cubanoamericanos, ellos se fueron en varias de las etapas por la que ha pasado el proceso migratorio, las más recientes son las de los balseros vía Honduras, que arriesgando sus vidas nos llenan a familiares y amigos de falsas esperanzas, con promesas que en su gran mayoría son incumplidas, esos que se toman lo que los cubanos definimos como “la CocaCola del olvido”, que llegan halla y se olvidan de donde salieron y de quienes estuvieron rodeados toda su vida.
Es verdad que halla no hay tiempo para nada, que la vida es de por sí agitada y que es otra cultura, pero no justifica olvidarse de todos los que nos quedamos aquí esperando tan siquiera un “¿hola, como estás?” en un email, se pasan el dichoso día con el Facebook conectado, pero siempre te dicen que no tienen tiempo, pero cuando miras sus perfiles en redes sociales te das cuenta que es verdad: no tienen tiempo pero no para nosotros, su nueva vida les hace un lavado de cerebro y puf de un solo golpe se olvidaron de todo y de todos.
Claro no todos actúan así, pero la gran mayoría lo hace, incluso de esos que se fueron están los llamados “creyentes”, los que aquí vivían como miserables, los pobres del barrio y ahora que tienen halla un poquito más de desenvolvimiento en la vida cuando vienen de vacaciones a Cuba los vemos que no miran ni para los costados, esos son unos idiotas.
Nadie dijo que era obligado ayudar económicamente a todos los conocidos y familiares que dejaron esos “los que se fueron”, pero tan solo unas pocas palabras en un correo hace que nosotros los que nos quedamos nos pongamos tan contentos, nosotros los cubanos somos así muy emotivos y sentimentales, si usted que está leyendo esto, es uno de esos de: “los que se fueron”, por favor reflexione y piense en todos esos que dejó atrás.
Aquí en cualquier barrio, en cualquier cuadra, en cualquier familia tenemos un emigrado, la mayoría de ellos cubanoamericanos, ellos se fueron en varias de las etapas por la que ha pasado el proceso migratorio, las más recientes son las de los balseros vía Honduras, que arriesgando sus vidas nos llenan a familiares y amigos de falsas esperanzas, con promesas que en su gran mayoría son incumplidas, esos que se toman lo que los cubanos definimos como “la CocaCola del olvido”, que llegan halla y se olvidan de donde salieron y de quienes estuvieron rodeados toda su vida.
Es verdad que halla no hay tiempo para nada, que la vida es de por sí agitada y que es otra cultura, pero no justifica olvidarse de todos los que nos quedamos aquí esperando tan siquiera un “¿hola, como estás?” en un email, se pasan el dichoso día con el Facebook conectado, pero siempre te dicen que no tienen tiempo, pero cuando miras sus perfiles en redes sociales te das cuenta que es verdad: no tienen tiempo pero no para nosotros, su nueva vida les hace un lavado de cerebro y puf de un solo golpe se olvidaron de todo y de todos.
Claro no todos actúan así, pero la gran mayoría lo hace, incluso de esos que se fueron están los llamados “creyentes”, los que aquí vivían como miserables, los pobres del barrio y ahora que tienen halla un poquito más de desenvolvimiento en la vida cuando vienen de vacaciones a Cuba los vemos que no miran ni para los costados, esos son unos idiotas.
Nadie dijo que era obligado ayudar económicamente a todos los conocidos y familiares que dejaron esos “los que se fueron”, pero tan solo unas pocas palabras en un correo hace que nosotros los que nos quedamos nos pongamos tan contentos, nosotros los cubanos somos así muy emotivos y sentimentales, si usted que está leyendo esto, es uno de esos de: “los que se fueron”, por favor reflexione y piense en todos esos que dejó atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario