6 de agosto de 2016

Ceremonia de apertura Río 2016: mar de colores


Ayer fue el gran día esperado por muchos, la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016, unos juegos marcados por la crisis política desatada en Brasil y el despilfarro de dinero.

Brasil quiso soñar como lo hacen los grandes: organizó primeramente en 2007 los Juegos Panamericanos de Rio 2007, que sirvieron de catapulta a esta ciudad para albergar los juegos olímpicos del 2016 de los que hoy hablamos y luego también realizó el mundial de futbol, pero como dije lamentablemente las cosas se salieron de control y pagaron un alto precio, que terminó con la destitución inconstitucional de la presidenta Dilma Rouseff.

Pero bueno centrándome en la realización de la ceremonia de inauguración, debo decir de un comienzo que me gustó mucho la ceremonia no por muy austera y sencilla que fue, sino más bien porque Fernando Meirelles uno de los principales directores de la misma fue sincero al decir lo siguiente y cito: «Sentiría vergüenza si gastásemos lo que gastó Londres en un país donde necesitamos sanidad. Estoy muy contento de no gastar el dinero como locos.», no mintieron más bien fueron sinceros y dijeron que sería una ceremonia austera.



La ceremonia en sí no fue un río como muchos dijeron, sino que fue todo un mar de colores, de música y grandes coreografías, a muy grandes rasgos y con mucho minimalismo se narró la historia del Brasil, haciendo referencia a la llegada de los colonizadores portugueses, así como el arribo de inmigrantes de distintos puntos del planeta, uno de los momentos cumbres fue el desfile de la súper modelo brasileña Gisele Bündchen con “La chica de Ipanema” sonando de fondo, así como la importancia que se le brindó en esta ceremonia al cambio climático en la que además los anillos olímpicos fueron desplegados desde un mensaje verde y ecológico, un momento de mucho color y ritmo fue la recreación del carnaval de Río el más famoso de todo el mundo, en donde sus intérpretes se fundieron con la multitud en el mítico estadio Maracaná. Finalmente, el encendido del pebetero que recordó un poco al pebetero encendido en los entonces Juegos Panamericanos en el 2007 en la propia ciudad, simbolizó un sol, muy bien diseñado por cierto que se movía constantemente y recreaba un ambiente 3D, en fin, fue una gran ceremonia, sin mucha tecnología como sus predecesoras, pero sencilla y lo sencillo muchas veces marca la diferencia.