Ha pasado ya alrededor de un mes aproximadamente, desde que se estrenara de manera oficial la primera de las tres entregas de El Hobbit, ya pues han pasado unos cuantos años, desde que Peter Jackson anunciaba su intención de continuar la filmación dentro de la historia de la Tierra Media.
Desde entonces un cúmulo de acontecimientos pasaron, desde los buenos hasta los malos y es que en esta entrega de El Hobbit, pues ocurrieron tantas cosas inesperadas que personalmente pensé que nunca llegaría su estreno mundial.
Primero fueron los problemas de derecho de autor, después la crisis mundial que afectó seriamente las finanzas de MGM, más tarde un incendio en uno de los estudios de efectos especiales en Nueva Zelanda, luego otros incidentes con los protagonistas eso entre otros tantos inesperados sucesos.
Finalmente hace ya más de un año y por fin, nos entregan el primer tráiler a través de YouTube, una secuencia de unos nueve minutos muy suculenta que terminó provocando a no pocos, incluyéndome a mí, una frenética desesperación por ver la película.
Entonces llegó diciembre, el mes escogido para el estreno mundial y finalmente El Hobbit llega a nosotros, una película de Peter Jackson y recalco en esta última frase, porque no es simplemente que la película sea de Peter, sino que es una película cargada de todas las características a las que estuvimos habituados cuando El Señor de los Anillos.
En tal sentido pues hemos vuelto a tener otra excelente introducción, cargada de momentos de historia épica, aunque si reconozco la repetición de ciertos códigos o escenas ya vista en la pasada trilogía, me refiero al juego con las mariposas que hace Gandalf para solicitar la ayuda de las águilas de Manuë.
Respecto a la banda sonora pues se reutilizó la misma banda sonora que en la trilogía del Señor de los Anillos, pero con un buen arreglo en algunos casos, aunque si es notorio la introducción de un nuevo tema central, yo diría que es la melodía de esta trilogía, una banda sonora muy épica con sonidos agudos y tenebrosos pero que termina con una gran alabanza al final llena de aventura.
En resumen una excelente primera entrega que promete más en sus próximas películas, un retorno a la Tierra Media de la mano de Peter Jackson.
Desde entonces un cúmulo de acontecimientos pasaron, desde los buenos hasta los malos y es que en esta entrega de El Hobbit, pues ocurrieron tantas cosas inesperadas que personalmente pensé que nunca llegaría su estreno mundial.
Primero fueron los problemas de derecho de autor, después la crisis mundial que afectó seriamente las finanzas de MGM, más tarde un incendio en uno de los estudios de efectos especiales en Nueva Zelanda, luego otros incidentes con los protagonistas eso entre otros tantos inesperados sucesos.
Finalmente hace ya más de un año y por fin, nos entregan el primer tráiler a través de YouTube, una secuencia de unos nueve minutos muy suculenta que terminó provocando a no pocos, incluyéndome a mí, una frenética desesperación por ver la película.
Entonces llegó diciembre, el mes escogido para el estreno mundial y finalmente El Hobbit llega a nosotros, una película de Peter Jackson y recalco en esta última frase, porque no es simplemente que la película sea de Peter, sino que es una película cargada de todas las características a las que estuvimos habituados cuando El Señor de los Anillos.
En tal sentido pues hemos vuelto a tener otra excelente introducción, cargada de momentos de historia épica, aunque si reconozco la repetición de ciertos códigos o escenas ya vista en la pasada trilogía, me refiero al juego con las mariposas que hace Gandalf para solicitar la ayuda de las águilas de Manuë.
Respecto a la banda sonora pues se reutilizó la misma banda sonora que en la trilogía del Señor de los Anillos, pero con un buen arreglo en algunos casos, aunque si es notorio la introducción de un nuevo tema central, yo diría que es la melodía de esta trilogía, una banda sonora muy épica con sonidos agudos y tenebrosos pero que termina con una gran alabanza al final llena de aventura.
En resumen una excelente primera entrega que promete más en sus próximas películas, un retorno a la Tierra Media de la mano de Peter Jackson.