Recuerdo que en una mañana de mis primeros meses de trabajo por halla por el año 2006, estaba recostado sobre la pared en la parte de afuera del mismo, y me dije soy una mierda, una gran mierda; en ese instante la recepcionista que ahora es jubilada se acercó y me dijo: - No digas más eso, porque tu vales mucho – No se ahora si fueron esas mismas palabras pero sé que fueron algo así, ya ha pasado bastante tiempo sin dudas exactamente 5 años, de solo recordar la cifra me asusto, le tengo terror al paso del tiempo ahora que tengo la capacidad de comprender el sentido de la “nada”, efectivamente son 5 años desde que dije aquella miserable y cierta frase, fue en una de esas mañanas que me sentía culpable de toda mi desdicha, fue mucho antes de trazar mis pautas, mucho antes de reencontrarme, y hoy me siento tan o más culpable que aquella jodida mañana, culpable de todo y por todo, hace como 2 meses atrás no recuerdo ahora si comenté sobre ello en el blog, algo que me sucedió un domingo de tarde: me conecté a la Internet, entre en uno de los pocos chats existentes en mi isla, utilizando otro nick me dispuse hablar con una persona desconocida, ya éramos dos, necesitaba hablar, necesitaba ese día desahogarme de muchas cosas que venían pesando demasiado, para no caer en detalles, terminé llorando mucho, yo no soy un hombre que llora por cualquier cosa, ya eso lo he dicho anteriormente, he tenido que aguantar muchas vicisitudes en esta corta vida, pero no pude, me sentí tan mierda como en aquella mañana del 2006, me sentí totalmente culpable de todo, culpable de ser un pendejo en esta vida dura, pendejo de no tener el valor de encarar las cosas tal y como son, pendejo por continuar siendo triste, infeliz y miserable en estos 5 años.